Patitas a todos, espero que os encontréis bien, sino de vacaciones con vuestros bipes, al menos preparándolas tranquilamente mientras se acerca la fecha señalada.
Veréis, estaba yo paseando esta mañanita con papi, oliendo pis-mails y todo eso, cuando hubo uno que me llamó mucho la atención... era de esos mensajitos que te dejan algunos con muy malas intenciones, y encima ¡anónimo!. Yo olía y requeteolía y no me lo podía creer, así que me puse a descargar toda mi mala uva -la poca que tengo bien es cierto- allí mismo, con un pis-mail de respuesta y franqueo urgente. Pero papi se dio cuenta de ello y me comenzó a dar tironcitos para que me calmara y continuara paseando con él. Y que razón tenía, porque eso me hubiera agriado el resto del día, a parte de no llevar a nada. Además me dijo que sería bueno que agradeciera a mis amigos las cosas buenas que hacen por mi y por eso, en primer lugar, antes de relataros mis aventurillas, quiero un enviar un pequeño agradecimiento a mis amigos Verdi y Gaucho que se han molestado en mandarnos unos rayitos de sol para este fin de semana, y es que nosotros estábamos tan cansados del orbayu y ellos tan agobiados del calor que creo que ha sido beneficioso para todos, solo espero que si les sobra más nos manden un poquito todos los días que puedan. Lo dicho, ¡Muchísimas Gracias! amigos, ved lo contento que estaba...
Dicho lo cual comienza el relato, intentaré ser breve, pero no esperéis milagros que ya sabéis que me enrollo tanto o más que las persianas. A lo que íbamos, el Sábado, nada mas salir por el portal de casa me encontré con este amiguito. Se llama Caco, y creo saber el por qué... Les ha robado los corazones a sus bipes con su buen carácter, como muchos otros que yo me sé, pero no digo nombres porque sois casi todos, bueno creo que mejor sin el casi, TODOS.
Llevábamos caminos diferentes así que solo pudimos saludarnos un poquitín. Ya en el paseo me encontré con Kira. Después de saludarnos estuvimos jugando al escondite.
Ved como me escondo de ella y con que cara se queda al ver que no estaba, aunque os he de decir que al final me encontró, y eso que soy pequeñín y me escondí muy bien.
Pampa también nos estuvo acompañando un ratito, la encontré mas jovial, y yo creo que era por su nuevo look, acababa de salir de la pelu y le habían quitado algo de pelo para que aguantase mejor el calor del verano que se acerca. Es una buena chica, y si no fuera porque ya no está para ciertos asuntos la haría novia de mi amigo Xinver.
También me acompañó Urco, pero ellos dos se quedaron al final del paseo mientras yo continuaba hasta el parque.
La verdad es que no se por qué Kira y Urco no formalizan su relación, para mi que lo quieren llevar muy en secreto por culpa de la familia...
Por el camino, esta vez solo, me encontré con una pelotita. Por el olor supe que no me la podía quedar ya que era de mi olvidadizo amigo Otto. Así que decidí bajársela hasta el parque, el rastro de su olor me indicaba que ellos ya habían llegado allí.
Bimba se acercó a saludar a los amigos. Estaba demasiado guapa y perfumadita, y antes de que nos peleásemos por su corazoncito se marchó. Espero que dentro de poco termine su celo y vuelva al parque para jugar...
Otto estaba tan contento por haberse reencontrado con la pelotita perdida que se subió a un balancín... el parque era para nosotros solos.
Y Rufo, al que le gustan las emociones fuertes, se decidió a bajar por el tobogán, sin mucho éxito por cierto, pero si lo intenta mas veces lo hará igual de bien que nuestro amigo Coco.
Entonces me tocó a mi hacer algo y Wilco prefirió no mirar por lo peligroso de la situación... pero no me bajé hasta que abrió los ojitos, que luego va contando por ahí que no tengo lo que hay que tener, ejem...
Y ahí me tenéis en el balancín... superando mis miedos.
Pero entonces se nos ocurrió hacer una foto de la pandi al completo. Ya se que faltan unos pocos -mas bien bastantes- pero era una oportunidad... y salvo Rufo que fue más rápido que Papi al hacer la foto ahí estamos todos... Luego, al volver a casa, me encontré con una nueva vecinita.
Se llama Minnie y, siguiendo mi labor de
alcahuete perruno, pensé inmediatamente en mi amigo Gaucho... Aunque por su nuevo y moderno look pensé que Minnie no era su tipo y decidí perdirle, de patitas, que fuera mi refresquin -yo soy perrógamo por naturaleza- de verano.
Ya en casa, me encontré una sorpresa, tenía una fiesta de cumpleaños sorpresa, pero no era para mi... Al menos tuve una pequeña parte del bizcochito, y estaba como siempre, muy rico.
Por la tarde empezó a lucir el sol que nos enviaron mis amigos. Me encontré a Zipi que ya estaba de regreso después de perseguir unos cuantos pajaritos, que, por supuesto, no se dejaron atrapar.
Llegué al parque y allí estaba ella, Julia, la guapa francesita. Como Minnie no me había hecho ni caso decidí intentarlo con ella. Esta vez encontré un romántico asiento a la sombra y comencé mi declaración...
Pero debí de ponerme demasiado pesado con ella porque acabé atado a un arbolito mientras ella me miraba con ojos de perdida... Pero ¿por qué no se acercó ella hasta mi?... nunca entenderé a las chicas.
Y lo único que sirvió fue para que mi amigo Otto se riera un poco de mi situación.
Al poco tiempo ella se marchó y entonces llegó mi amigo Nevado. Y digo bien mi amigo porque, aunque antes le tenía un poquito de miedo por lo grandullón que es, ese día se portó genial conmigo y realmente nos hicimos amigos, bien es cierto que no íntimos paro ya se andará. Y sino ved como estábamos los dos juntos y contentos mientras me camelaba a su bipe para que me diera unos mimitos.
Lástima que no se hubiera acercado por la mañana para hacer la foto con el resto de la pandi.
Y eso fue todo lo que ocurrió el Sábado, os dejo el resto de las fotos, enlace y presentación...
Pero también fue bueno el domingo... Y fue el día de los Beagles, al menos por la mañana.
Primero me encontré con Sil, al que hacía mucho que no veía. Luego fue Nano, que desde que tiene un hermanito apenas se le ve por el paseo. Se me habían pegado las patitas a la cama y llegaba tarde, por lo que todos juntos, además de Urco que nos había alcanzado, nos dispusimos en la famosa fila Beagle para avanzar lo mas rápido posible. A mi no me parecía una fila demasiado rápida -a alguno de mis amigos les sobran unos kilitos- pero al menos avanzamos un ratito sin despistarnos... pero siempre hay algún pis-mail que oler
y eso debió de ser lo que hizo que Nano me acompañara
hasta el parque... Tommy y Luna, mis otros dos amigos Beagles, le estaban esperando. Sobre todo Luna, que había oído hablar de él y quería conocerle... creo que es una buena pareja con muchísimas cosas en común. Aunque algo de "feeling" parecía existir, Nano se marchó pronto. Esta parejita he de amañarla yo un día de estos.
Hacía calor y gracias a San Perrín que papi había llevado agua, pero los primeros en beber a la par fueron... ¡Los Beagles!, y es que ese día tuvimos que esperar cada uno su turno. Menos mal que papi les racionó el agua sino no
hubieran dejado nada para los demás.
Por la tarde no estaban los beagles, pero si "mi francesita preferida", y es que tiene una mirada que quita el hipo de lo "guapina que ye"... definitivamente me gustan las francesitas.
También papi había llevado agua y los Toys se pusieron los primeros a la cola para beber ya que por la mañana apenas pudieron beber.
Estábamos tan contentos disfrutando del calorcito, que ya era hora, que no nos dimos cuenta de que un amiguito que hace mucho tiempo no veíamos había bajado al parque...
Se trataba de el buenazo de Regi. Había bajado con su hermanito pero éste estuvo jugando solamente con su pelota y no nos permitía acercarnos a él así que le dejamos en paz... Con Regi nos lo pasamos bien, sobre todo porque a papi le encantó su carácter y comenzó a repartir chuches, arf, arf, arf...
Cuando llegó Golfo... precisó un pequeño lavado de orejas porque se le había metido algo allí. Yo estaba alucinado como Peque, que debe de tener algo de perritraotorrinolaringólogo, le limpiaba la orejita, y debía de hacerlo muy bien porque a Golfo se le veía casi una cara de éxtasis perruno que ni te cuento.
Rufo y yo comentamos lo de la orejita por si poníamos al Peque a trabajar con Zora, seguro que entonces no les faltaría trabajo ni los findes Pero todo lo bueno se acaba y fue entonces cuando papi se tuvo que ir porque había prometido a mi bipe Carlos que le llevaría a una sala oscura... creo que la llaman cine pero como no dejan entrar perritos me tuve que quedar en casa.
Ahora os dejo el resto de las fotos:
Y eso fue todo, al menos lo que recuerdo digno de mención. Patitas y ¡Hasta Lueguín! amigos
Yogui