Hola amigos, pero ¿cómo está Yogui?, ¿por qué no escribe?, os habréis preguntado... La tardanza, como siempre, es culpa de papi que se ha dedicado a hacer tantísimas fotos este finde que le ha costado mucho tiempo editarlas, organizarlas y subirlas a la red. Aunque por otra parte también hay que perdonarle un poquito porque estos días anda un poco jorobadito de un hombro... y todo comenzó con una pequeña tortículis que derivó en un dolor en un brazo bastante molesto según él; aunque mami piensa que es un cuentista y que si le doliera de verdad ya habría ido al médico pero papi se pregunta ¿para qué?, si a veces son como los perriatras y solo te atiborran a medicamentos, y eso es algo que él sabe bastante bien.
Bien, pues como hay mucho que contar y se que odiáis mis sempiternos soliloquios perrunos seré todo lo breve que pueda... intentaré hacerlo en "Flashes" telegráficos.
Sábado, día espléndido de sol aunque algo frío por el viento norte.
Me empecé a encontrar amiguitos, Harry fue el primero...
Mientras continuábamos reuniendo amigos para celebrar mi primera fiesta -de mi atrasado 2º cumpleaños- del día, continuamos el paseo hasta el parque.
Llegaron más amigos... Entonces el pequeño Nico -por edad que no por tamaño- metió una de sus patas en una trampa de los jardineros... -una toma de agua con la tapa rota-
y se agobió al no poder sacarla de allí empezando a aullar.
Todos los bipes acudieron a socorrerle para que no se hiciera daño. En el poco tiempo en que esto ocurrió, y quizás a causa de los gemidos de Nico, mi amigo Harry se asustó y se escapó... se acabó perdiendo.
Ni siquiera el fino olfato de su amigo Tommy,
ni los silbidos y llamamientos de su bipe, ni nuestra búsqueda por las cercanías dieron sus frutos. Harry estaba "missing".
Cuando llegó Coco nos dijo que por su camino no había nadie.
Iniciamos una búsqueda infructuosa por todos los lados. Se enteró todo el barrio y todos los bipes y sus perritos empezaron a buscar allí por donde estuviesen, incluso en coche, pero nada de nada... ¡Qué desesperación! en un día tan señalado para mi ocurrir esto, ya no me apetecía celebrar nada.
Pero al llegar a casa Mami y Carlos, que no sabían nada, ya lo tenían todo organizado y...
"Carpe Diem!" dijo papi -que siempre tiene razón- y me obligaron a soplar la velita aunque no estaba muy por la labor.
Tuve unos poquitos regalos e incluso jugué un poquito...
Hay unos vídeos al final en la que se ve mi instinto de la propiedad y es que una mano desconocida -que no se ve- me quería quitar un huesito que me habían regalado...
Por la tarde salimos a buscar a Harry... Pregunté a unas vaquitas
pero no le habían olido ni corneado.
Seguí mi camino al parque y me encontré con mis primeros invitados... ¡No me había acordado de suspender la fiesta de la tarde!.
Lola me dio un par de mordisquitos en mis orejas -uno por cada añito- y se fue a ver si encontraba algún rastro de Harry, aunque a mi me pareció que iba tras la luz -le gusta perseguir el reflejo del sol en un espejo-
Luego me encontré con Pichi -yo creía que se llamaba Chispi, pero como veis solo sobra la S de en medio y hay que cambiar las sílabas de orden- y a Pepa.
También se acercó Luna,
una amiga de mi papi que todavía no conocíamos. Pero lo mejor de todo fue cuando nuestro amigo y blogero McCain se acercó a felicitarme...
No me lo podía creer... pero que guapo es y que buenazo. Se integró en el grupo y soportó el famoso ataque de los Beagles -un juego que me inventé yo- con una paciencia inmensa...
pero aún me tenía reservada una sorpresa, y eso que yo ya estaba contento con que solo se hubiera acercado a saludarme, pero me entregó unos regalitos
y si os fijáis el de la derecha es él disfrazado de Rudolf, arf, arf, arf... Muchísimas Patitas amigo McCain -enseguidita te envio las fotos de papi para que las tengas-.
Y así se acabó este día tan raro, alegre y triste a la vez. Os dejo las muchísimas fotos a continuación... El vídeo dura unos 7 minutos, paciencia amigos que la canción es muy guapina, el enlace es para las fotos sin música.
Mis Fiestas Sorpresa
Al día siguiente, aún compungidos por la desaparición de Harry, salimos con la esperanza de que algo bueno hubiese ocurrido, como así fue.
Pepa y yo llegamos los primeros al parque,
aún no habían llegado las buenas nuevas, pero enseguida llegó mi nueva amiga Luna...
acompañada del joven Nico con la noticia, el que estaba perdido se había vuelto a encontrar, o sea -y menos en plan bíblico y mas en Hollywoodiense- When Harry met the Police, porque fueron ellos, los buenos polis de Oviedo, quienes encontraron en la calle Uría al jovenzuelo -si habéis hecho clic en la calle veréis el trayecto que debió de seguir mas o menos- que, probablemente se había ido de compras, por su cuenta y riesgo, para aprovechar las últimas rebajas del mes.
Papi me había dejado suelto y yo estaba intentando convencer a la mami de Tommy de que era muy bueno y todo eso, a ver si caía alguna chuche mas para mi...
pero, como toda buena mami, sabe reñir cuando hace falta, aunque diré en mi descargo que era para celebrar que Harry estaba otra vez con nosotros.
por la tarde otra vez Pepa y yo llegamos los primeros al parque y posamos de esta guisa para papi.
Cuando nos cansamos ella intentó seducirme...
Y que queréis, amig@s, la carne es débil y ella es tan buena moza... De todas formas yo soy todo un caballero y me resistí a sus encantos -estaba su papi delante y es mejor tener algo de intimidad, ¿no creéis?-.
En seguida vinieron mas colegas, como Golfo,
el joven Labrador que un día mordió a papi en su ansia de comer, pero que es muy buen colega.
La verdad es que esta vez la pandilla era casi exclusivamente masculina...
y nos dedicamos a nuestras cosas dejando a las chicas que tomaran el sol tranquilamente...
Pero todo lo bueno se acaba y al final a casita a descansar, y esta vez os dejo solamente las fotos sin música, ya me contaréis como queréis que papi lo haga para la próxima vez.
When we met Harry
Y los vídeos que os había mencionado, a continuación...
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Patitas para todos amig@s.
Yogui